¡Hola! Aquí va el segundo cuento de Navidad:
Mi burrito limonero
La época de adviento en el hemisferio sur pide a gritos algo refrescante, y un burrito abandonado en medio del desierto de Atacama necesitaba urgente algo para beber. Respirando apenas, vio una estrella en lo alto que le señaló una cueva, se aproximó con cautela, y allí se encontró un pequeño limonero que nadie nunca había visto.
Era un limonero brillante, fulgurante, de colores dorados, verdes y amarillos. Tanta sed tenía el burrito que comenzó a morder los limones con mucho gusto.
De repente, sintió unos pasos arribar. Era un niño que se acercó a acariciarle el lomo. Y al hacerlo le cantaba suavecito: “Con mi burrito limonero, voy camino de Belén. A beber, a beber, limonada en Belén”.
Tal vez el pequeño tenía mucha sed o pensaba que estaba cerca de Belén… Creo que su sonrisa decía que sí, pues al día siguiente ninguno de los dos se quedó allí.
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Un abrazo limonero,
Feliza